El pasado jueves, por la inestabilidad del tiempo, no pudimos salir a buscar el tesoro que nos tenían preparado en la convivencia inicial. Sin embargo, sí que nos encontramos con el gran tesoro de la Eucaristía.
Reunida toda la comunidad educativa en torno al altar, alumnado, profesores, religiosas, PAS y familias celebramos la Eucaristía de inicio de curso para, de la mano de Jesucristo, vivir con emoción y esfuerzo este nuevo curso 24/25. De esta forma miramos con agradecimiento todo lo vivido durante las vacaciones y pusimos en manos de Dios los retos, experiencias y aprendizajes que nos esperan.
Gracias a todos, por reconocernos «herederos de un tesoro compartido», por estar comprometidos en cuidar y compartir el tesoro que nos legó San Faustino, siguiendo su ejemplo. Se ha depositado en nuestras manos y en nuestra vida un auténtico regalo: pertenecer a la familia calasancia. ¡Y esto es motivo de gozo y celebración! ¡Feliz curso!